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domingo, 28 de setembro de 2014

De fraterno a folklorista: en busca de la autoestima a través de la danza


 Análisis y acotaciones sobre  “LA ENTRADA DEL GRAN PODER: Una historia de poder y estatus de ser individual a ser colectivo” Por: Pablo Aranda Manrique

 

Freddy Calderón Choque

                                               fcalderoncom@hotmail.com

 

 

“Lo que la escultura es al bloque de mármol,

 la educación es al alma” Guerra Alberto

 

 

Todo lo que proviene de la formación de una cultura  nativa es de difícil  investigación y tiene muchas aristas,  varios  autores  ya discutieron  sobre la denominada  ciencia del folklore. Un valioso acopio heurístico realizado por investigadores entendidos en folklore,  nos ayudaran a comprender sobre las  manifestaciones culturales y las expresiones del denominado “folk” urbano, que se realiza precisamente en el radio urbano de la ciudad de La Paz, cuyo nombres es la entrada del Señor del Gran Poder. Etimológicamente hablando de folklore se compone de dos sustantivos anglosajones:

 

“(…) folk que se traduce como pueblo y lore que se refiere al saber popular, como supervivencia del saber o conocimiento popular” (PÉREZ,  1999 :70)

 

Por inferencia y como indica el autor del artículo que  estamos analizando, hace referencia  “al saber del pueblo”, también se podría decir que es  la expresión cultural de la nueva “realidad” social, que en américa se vivió por el choque de diferentes culturas. Algunos estudiosos sociales manejan términos como  “supervivencias “y “tradiciones populares” otros  nos dicen que el folklore, por su dinámica  y función social, se constituye  en una necesidad de expresión, de comunicación, de identidad grupal y personal.

 

“(…) proceso que es la aplicación y realización de los  anhelos, deseos y propósitos reprimidos que se compensan en alguna  de las formas de manifestación folklórica” “entre los “folk-,mays” que son los usos y prácticas dentro de la cultura popular en el recinto urbano preferentemente, así como una serie final de  “folk-wises” cuyo significado se refiere a ciertas reglas de comportamiento en los juegos  que se constituye otro modo de patrón cultural”. (GUERRA, 1998 :11).

 

Diferentes autores  aseveran que el folklore verdadero es comunitario porque tiene objetivo  e intereses comunes, esto se presenta según SANTORE (1981:12)  con mayor frecuencia en las zonas rurales el folklore practicado en las urbes no es comunitario.

 

“De ahí que no sea un fenómeno folklórico absolutamente hablando. Varios o muchos son participes del mismo. Pero,  no todo. Siempre ha de ser un objeto extraño, cuando no curioso, a la sociedad industrial” (SANTORE, 1981. Op.cit.)

 

Existe contraposiciones con  los procesos sociales llamados folckorizados, como en  el caso de la festividad la entrada de Jesús del gran poder,  los autores que discrepan  con estos procesos sociales llamados folklorizados, también manifiestan que los llamados folklorólogos  a pesar de tener  muchos documentos folklóricos, estos no lograron caracterizar plenamente al sujeto y el discurso popular.

 

“Pero,  de pronto, lo más que se reprocha a los folkloristas es una inadecuada forma de insertar el hecho folklórico en las sociedades industrializadas y galopantemente masificadas, de hecho no logran reformular su objeto de estudio de acuerdo con el desarrollo donde los hechos culturales raras veces tienen los rasgos que define y valoriza el folklor” (GARCIA, apud PEREZ, 1999:73 )

 

Para Canclini también el  folclor está constituido  por un conjunto de bienes y formas culturales tradicionales, principalmente de carácter oral y local, siempre inalterables, que además constituye lo esencial de la identidad y el patrimonio cultural de cada país.

 

En todo lo que se ha visto acerca del concepto de folklore, la discusión  no solo se sustenta  en qué  o qué no es folklore  o a que manifestación se la denomina, pues  aún  se debate entre lo tradicional y  lo popular. Tras haber realizado un breve repaso  al concepto de folklore, nosotros lo llamaremos a la acostumbrada festividad de Jesús  del Gran Poder, como una manifestación popular que  abre un camino para el  análisis crítico, no solo en un aspecto unilateral pero en el artículo que analizamos, el término que se le da al fraterno es de folklorista. Con este término,  ARANDA se refiere al anhelo de dominación del prójimo a través de la ostentación y no así al llamado netamente  folklorista, en su concepción como tal, demuestra que el individuo tiene la necesidad de escalar en la sociedad.

 

 “(…)en un comportamiento propio de la acción de la toma de poder, reafirma su autoestima, al adoptar un rol en este caso el individuo que pasa a la categoría de fraterno, aunque el término evolucionado es folklorista”(ARANDA,S/F:1)

 

Además de   diferenciar  para calificar  un acto de danza en tradicional y/o popular, se construye otra identidad  grupal y/o personal. En una manifestación  que se muestra claramente en la festividad, el   danzante fraterno  adquiere en la manifestación popular una máscara para alcanzar  y empoderar se e  así “aplacar  los   anhelos, deseos y propósitos reprimidos” como mencionaba   (GUERRA, 1998:11).

 

“La entrada del Señor Jesús del Gran Poder, nos permite  a partir de la realidad hacer historia. Es el tema de la cotidianidad, el encuentro del individuo con su ser colectivo a través de su cultura, con la determinación de ascenso en la escala social, al cual responde su ser,” (ARANDA, S/F. op.cit.)

 

El artículo también nos muestra que estos grupos populares tienen una bien conformada organización y  políticas institucionales  que existen  al interior de los grupos. En este ámbito los usos y prácticas dentro de la cultura popular en recintos urbanos,  es precisamente  lo que  se demuestra en la entrada del Jesús del gran poder. Tras haber logrado la conquista  de su autoestima momentánea, el danzante también precisa tomar las calles de la urbe, para mostrar su poder al infringir normas y reglas de una sociedad totalmente tolerante.

 

“Fueron así conquistando calles y avenidas, ampliando  el territorio, aunque después de la fiesta quienes ostenta poder, estén diseminados en toda la ciudad y en el alto” (ARANDA,S/F. op.cit.p. 4)  

 

En este denominado empoderamiento no solo influye la cuestión de la máscara pero también  una búsqueda constante de estatus  y  poder económico para sentirse  realizado  por lo menos mientras  dura  la festividad. La espera para la llegada de la fiesta es larga,  los días son contados  uno a uno,  el dinero es ahorrado  centavo a centavo, los trajes son  confeccionados  con los mínimos detalles el  único desahogo del fraterno  es participar de la fiesta.

 

“Al punto que algunos fraterno para demostrar  su poder económico, solo alquilan las joyas que llevaran en la fiesta y en algunos casos arriesgan dinero, casas y propiedades con el fin de pasar el preste o corresponder  a los invitado” (ARANDA,S/F:10)

 

Con  el pasar del tiempo se ha visto en la historia de la humanidad  que el hombre siempre ha buscado  la necesidad de ostentar  el poder, el control  para satisfacer  su propio ego. Esta búsqueda constante de poder  se ha enmarcado en diferentes aspectos  como ser: el poder político sobre las masas, adquirir el poder  a través del  dinero, adquirir poder a través del  conocimiento y educación entre otros.

 

Ya el autor del artículo que analizamos “LA ENTRADA DEL GRAN PODER: Una historia de poder y estatus de ser individual a ser colectivo” escrito por  Pablo Aranda Manrique también hace relación  de la festividad  con el  tema de la cotidianidad.

 

“(…)el encuentro del individuo con su ser colectivo a través  de su cultura con la determinación de  ascenso   en la escala social , al cual  responde  su ser, en un comportamiento  propio de la acción de la toma del poder, reafirma su autoestima”.  (ARANDA,S/F:op.cit.p.1)

 

Además de  la toma de poder, en diferentes aspectos dentro la festividad de  Jesús del Gran Poder, el fraterno entra en el  juego del desencadenamiento sexual  a través del encadenamiento  festivo religioso. Si analizamos   desde  varios ángulos no solo nos muestra  la toma de espacios de la urbe paceña pero también una cierta opresión en contra de  la mujer. Esto nos muestra  la falta de educación intrafamiliar y respeto al próximo.

 

“Para la década de los setenta los grupos permitían el ingreso de homosexuales que bailaban de mujeres a manera de figuras de la danza.” (ARANDA,S/F:op.cit.p.9)

 

El tema de género es otro tema a ser  discutido.  Violencia contra la mujer dentro y fuera  de cualquier  entorno,  ahora se la observa  dentro de la danza.  Como bien se sabe,  la mujer siempre  sufrió de  discriminación,  rara vez  ocupaba espacios en la sociedad.  Como lo que acontecía en los años  setenta dentro de  los grupos de danza del gran poder, está  demostrado  que el acto de danzar o bailar en una fraternidad ya  es un estatus de poder. En términos de genero la mujer siempre ha luchado por ganar espacios,  ahora  se puede apreciar   ahora también está en  la danza que es  una manifestación  social.

 

Es así que se ha incrementado  los grupos de danza femenino inclusive con nombres interesantes como  “las auténticas Mamacitas  Huyuyuy de los catedráticos” está clara la  necesidad pertenecer  a la escala del estatus,  de tan solo  pensar  ser una mamacita  de algún  catedrático,  pero ¿por qué los catedráticos? Y ¿por qué no otros?

 

Este fenómeno  acontece  no solo en la entrada  del  Gran Poder  también se puede valorar en el Carnaval de Oruro y otras manifestaciones populares, culturales y tradicionales.  Además en nuestros días,   las mujeres superan a los hombres al interior de los grupos de danza tanto en número como en elegancia, colorido, brillo y ropa de valor demostrando oro y paños de ceda y vicuña. El poder del gran poder como señala ARANDA (S/F) nos muestra al individuo dentro de la danza  con autoestima baja, con falta de identidad personal con necesidad del ascenso  en la escala social, para reafirmar su inseguridad falta de conocimiento.

 

Estos aspectos del comportamiento  humano solo se pueden revertir a partir de la educación. La realidad  festiva es también  reflejada  en la sociedad al interior de muchas familias y  se requiere tener diversas formas de producir  y aplicar conocimientos a estas carencias Esto no significa que no estemos de acuerdo con las manifestaciones  populares pero necesitamos poner en marcha una nueva lectura de la situación de la realidad nacional, desde un enfoque que contemple el pleno ejercicio del principio de la diversidad cultural, sin confundir libertinaje con libertad y también asumiendo  el  respeto al otro. La baja autoestima y la  inseguridad solo se supera con conocimiento y con la formación de un carácter identitario en nuestra sociedad y también   si dejamos de lado nuestros prejuicios.

 
Bibliografía

 

ARANDA, Manrique Pablo “LA ENTRADA DEL GRAN PODER: Una historia de poder y estatus de ser individual a ser colectivo”

GARCIA, Canclini Nestor citado por PEREZ, Portanda Ruben “Por una promesa de fé” Adolfo Oruro 1999

 GUERRA, Gutiérrez Alberto “Estampas de la tradición de una ciudad 1998 Oruro”

 SANTORE,O.P.,Salvador J.A “De la naturaleza del fenómeno folklorico”, en Folklore= folklore.vol.2,n.5.Oruro 1981

 Universidad Técnica de Oruro, policopiado para la Fraternidad Artística y Cultural “La Diablada” mimeo Oruro (S/F)

 

 

 

 

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